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Politica

Yvelisse Prats Ramírez: Una Mujer en Plural (OPINIÓN)

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Recordando a la maestra, amiga y hermana del corazón, en el  Quinto Aniversario de su fallecimiento.

Por LUISA SÁNCHEZ PIMENTEL 

Este título hace referencia a la vida y al nombre de la columna que cada semana escribía la Maestra Yvelisse Prats-Ramírez de Pérez; en esta exponía sus puntos de vista sobre temas educativos, políticos, históricos y sociales, tanto nacionales como internacionales.

Esta columna se constituyó en un espacio de reflexión y análisis de los hechos que acontecían así como de otros sucesos que definieron e influyeron en diferentes procesos sociales, igualmente, lo hacía sobre personajes de la vida pública.

Doña Yvelisse Prats-Ramírez de Pérez escribía con propiedad y fluidez, manifestando siempre admiración de aquellos que dejaron huellas en su vida, como fueron su padre, Don Francisco Prats-Ramírez, su madre, la escritora ConsueloMartínez Boog, su esposo Lic. Mario Emilio Pérez, sus amigos, el Dr. José Francisco Peña Gómez, Ing. Hipólito Mejía Domínguez, Dr. Tirso Mejía-Ricart, Dr. Hugo Tolentino Dipp y profesor Juan Bosch, cariñosamente, su “tío Juan”.

Esta mujer increíble fue hija, madre, abuela, bisabuela, esposa, maestra, política, feminista, amiga, poetisa, escritora, gremialista e historiadora. Es decir, una mujer en plural.

LA AUTORA es maestra. Fue asistente de Ivelisse Prats y subsecretaria nacional de Educación del PRD y el PRM. Actualmente es coordinadora académica del Instituto de Formación Política Dr. Peña Gómez. Reside en Santo Domingo.

Doña Yvelisse fue un ser humano bondadoso, conversador, con muy buena memoria. Reía a carcajadas, aunque a veces le surgía el mal genio y entonces se ponía peleona. Su físico no reflejaba la fortaleza interna que poseía. Era asmática, pero eso no le condicionaba la vida. Coqueteaba y celaba como nadie a su Mario Emilio.  Siempre estaba maquillada y con un peinado impecable. Usaba ropa de colores fuertes, como su carácter, y brillantes como su vida.

Era la amiga solidaria que acompañaba en la soledad, lloraba en el dolor y reía en la alegría. Su amistad enriquecía la vida de quienes tuvimos el privilegio de tenerla.

Por sus hijos sentía un amor entrañable y, por eso, educarlos, protegerlos y apoyarlos fue siempre su prioridad. Decía con orgullo: “Formar mi numerosa familia ha sido el logro más importante de mi vida; también haber conocido a Mario, aunque peleemos mucho”.

No se pueden obviar otras de sus fuertes características: le gustaba mucho el café, el sancocho y los dulces.

Con cariño: a su esposo Mario Emilio, mi cuñado del corazón, a sus hijos, Titi, Consuelo, Yvelissita, Rossi, Milovan y a nuestro inolvidable Frank que hoy descansa junto a ella en los brazos de nuestro Padre, todos mis sobrinos del corazón.

Te extrañaré siempre amiga del alma!

sp-am

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