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Opinion

Telésforo Isaac: inspiró espiritualidad práctica y comprometida

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EL AUTOR es escritor. Reside en Santo Domingo.

Telésforo Isaac fue un pastor de la cultura, del entendimiento y del diálogo constructivo. Su espiritualidad no era abstracta ni meramente contemplativa, sino profundamente vivida, encarnada en el compromiso con la comunidad, con la paz, con la política desde una óptica ética, y con una teología que explicaba y sustentaba su fe.

Fue un hombre de confraternidad, amante de las tertulias, los encuentros significativos y las conversaciones sinceras, siempre en busca de soluciones humanas, de cooperación y unidad.

Era una figura ampliamente respetada y querida dentro de su iglesia, aunque no estuvo exento de críticas por parte de quienes, con intolerancia e insolencia, intentaron minimizar su influencia.

Sin embargo, Telésforo no se dejaba amedrentar: fue un pensador agudo, un escritor diestro y un pastor que no evitaba los temas incómodos, ni buscaba aplausos fáciles ni reconocimientos superficiales.

Telésforo Isaac

En las tertulias informales, que tanto disfrutaba, mostraba su lado más pastoral y amable. Su fino sentido del humor, acompañado de anécdotas y relatos forjados en vivencias profundas, hacía que su presencia fuera siempre enriquecedora.

En sus últimos años se dedicó con intensidad a la escritura. Participaba con frecuencia en actividades evangélicas, incluso en espacios donde no todos comprendían su formación como obispo emérito episcopal-anglicano. Vivió su retiro con alegría y sencillez, como si disfrutara una segunda infancia espiritual.

Disimulaba su vejez con una actitud jovial, conversadora, curiosa y cercana, sin ostentar títulos ni reclamar honores, a pesar de los altos cargos eclesiásticos que desempeñó con tanto denuedo.

Con una apertura desprejuiciada, traspasó barreras denominacionales, generando puentes de unidad con grupos cristianos de distintas tradiciones. Su actitud ecuménica favoreció una comprensión más profunda de las expresiones litúrgicas evangélicas como parte esencial del cuerpo de Cristo.

Toda actividad que considerara portadora de un énfasis evangélico edificante atraía su participación.Nunca permitió que sus títulos, reconocimientos o prestigio se interpusieran entre él y las tareas sencillas pero significativas que emprendían con tanto entusiasmo y entrega. Estaba siempre dispuesto a colaborar en causas que buscaran justicia, solidaridad y reconciliación.

Intelectuales y comunicadores del ámbito secular, como Juan Bolívar Díaz, José Pimentel Muñoz, Ángela Peña y Ramón Arturo Guerrero, reconocieron su legado, dedicando libros y artículos a su trayectoria. El prologo de su último libro a publicarse en los próximos meses está en el tintero del escritor Adalberto Martínez.

Sus prédicas eran homilías claras, profundas y saturadas de conocimiento bíblico y teológico. No obstante, lo que más enriqueció mi vida cristiana fueron nuestras conversaciones: en las aulas del Seminario Episcopal, en la biblioteca del plantel, en mi casa, donde colaboramos en la edición de algunos de sus libros. Con frecuencia, Telésforo solía compartir sus artículos entre amigos antes de enviarlos a la prensa. Yo tuve el privilegio de recibirlos. Telésforo: Vivencias de un pastor episcopal annglicanoLa biografía escrita por el periodista José Pimentel Muñoz se puede calificar como “un retrato valiente y revelador del primer obispo dominicano de la Iglesia Episcopal Angñlicana”. Ofrece un perfil íntimo y profundo de Telésforo Isaac.

Nacido en los campos cañeros del este del país, Telésforo emergió como una figura pionera por su liderazgo pastoral, su compromiso con la educación, los derechos humanos, el ecumenismo y la formación de nuevos líderes cristianos. El autor destaca sus múltiples facetas: pastor sensible, educador incansable, escritor reflexivo y defensor del diálogo intraeclesial.

Uno de los episodios más reveladores narrados en el libro se refiere a sus años de formación teológica, cuando enfrentó con firmeza los desafíos de una época dominada por la represión y las dictaduras. Su ejemplo de valentía y coherencia brilla con fuerza en una historia eclesial marcada por la búsqueda de justicia y verdad.

Su vida y legado

Telésforo Alexander Isaac Francis fue el primer dominicano consagrado como obispo de la Iglesia Episcopal en la República Dominicana, cargo que ejerció desde 1972 hasta 1991.

Durante su episcopado fundó múltiples instituciones educativas, colegios, liceos y, en 1978, el Centro de Estudios Teológicos de Santo Domingo,  que aún hoy siguen impactando la vida cristiana del país.

Tras su retiro, sirvió como obispo auxiliar en la diócesis del sur de Florida (1991–1996) y como obispo interino en las Islas Vírgenes. Además, presidió la Provincia Episcopal del Caribe, liderando iglesias en Cuba, Puerto Rico, Haití y República Dominicana.

Teólogo, docente y escritor, fue también un defensor apasionado de la justicia social. Impulsó campañas de salud pública, como la vacunación contra la polio, defendió los derechos de los migrantes haitianos y colaboró activamente en medios nacionales e internacionales.

Entre sus publicaciones destacan Consejería pastoral noética y Espiritualidad del cristiano (2023).A lo largo de su vida recibió numerosos reconocimientos, incluyendo el título honorífico de Doctor en Divinidad y distinciones de instituciones y municipios como San Pedro de Macorís y San Francisco de Macorís. Su legado perdura en la Iglesia Episcopal Dominicana y en las comunidades que edificó con visión pastoral y compromiso cristiano.

El valor de esta obra se incrementa tras su reciente fallecimiento, ocurrido el 5 de julio de 2025. Su partida deja una huella imborrable en la historia de la iglesia dominicana y en el corazón de quienes valoramos una fe vivida con integridad, compromiso social y amor cristiano.

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