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Opinion

Las memorias de un embajador de EE.UU. en el Caribe

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EL AUTOR es sociólogo y comunicador. Reside en Santo Domingo.

The Ugly American (El Americano Feo) es un filme que vimos en 1963, interpretado por el taquillero Marlon Brando, quien hace de embajador de EE. UU. en un país ficticio del Sudeste Asiático. En medio de la turbulencia que lo divide en bandos en conflicto, el embajador americano sólo atisba a visualizar la ecuación simple de la Guerra Fría: una lucha entre comunismo y democracia.

Algo así le sucedió, en juicio justo o injusto de su rol en el conflicto de abril del 65 en Santo Domingo, al grandulón de Tap Bennett -entonces primerizo como embajador. Al grado que precipitó la muerte de su madre y le ganó el veto del influyente senador Fulbright, líder del Comité de Exteriores.

En junio 1988 Bennett narró sus experiencias a Horace G. Torbert, cuya entrevista extractamos.

Bennett y Tom Mann: 1965

«En julio de 1941, me asignaron a Santo Domingo, República Dominicana. Entonces Ciudad Trujillo porque era durante la dictadura de Trujillo. Tuve que consultar el atlas para ver dónde estaba. Tenía la vaga idea de que podría estar en Centroamérica. Resultó estar en el Caribe, en La Española, entre Cuba y Puerto Rico. Así que mis fantasías de Río o Buenos Aires se desvanecieron cuando fui a este pequeño puerto caribeño en septiembre de 1941. Era un lugar agradable y la gente hospitalaria. 

Pasé dos años y medio muy agradables allí. Entramos en guerra en diciembre de 1941 y llegó la campaña submarina alemana del invierno del 42, cuando marineros de barcos torpedeados desembarcaron en los arrecifes de la costa sur de República Dominicana. Si haces contacto con un arrecife de coral y te cortas, es probable que se infecte y tuvimos casos desafortunados. Pero el principal esfuerzo bélico estaba muy lejos. Estuve allí cuando llegó Pearl Harbor. Todos íbamos esa tarde a ver un barco francés que venía de Martinica y se había mantenido en la Francia Libre». 

«Era un país turbulento, desde que Colón lo descubrió en 1492. Ha oscilado entre un gobierno autoritario y el caos absoluto durante siglos… Tiene un campesinado robusto que trabaja duro dados los estándares tropicales. Pero siempre ha tenido una élite política incestuosa. «

«República Dominicana se convirtió en una importante despensa para las islas del Caribe y nuestras tropas estacionadas en Curazao y Aruba que protegían los yacimientos petrolíferos. Aportando suministros de los fértiles valles dominicanos».

Pregunta: ¿Cuáles eran sus funciones específicas? ¿Era funcionario consular o económico? 

Bennett: «Tenía el título de Agregado Civil, que en la diplomacia europea era un título de inteligencia. Era funcionario económico y el de menor rango. Era una sociedad agradable. Había muchos jóvenes y lo pasábamos bien, aunque en otros lugares la gente sufría muchísimo por la guerra.»

En la primavera del 44 Bennett fue trasladado a Panamá, cuyo embajador Avra Warren había sido su jefe en Ciudad Trujillo. Junto al jefe de la Zona del Canal, viajaron a Bolivia «para expulsar a unos extranjeros alemanes y japoneses que causaban problemas».

Veinte años después, laborando en Grecia bajo Ellis Briggs -antiguo embajador en RD crítico de Trujillo-, Bennett recibió en enero 1964 una llamada del presidente Johnson: «quería que fuera embajador en la República Dominicana. De hecho, recibí un telegrama personal del presidente. Fue muy emocionante».

Su amigo Tom Mann era subsecretario de Estado para América Latina.

«En marzo de 1964 fuimos a la República Dominicana, mi primera embajada. Había sido mi primer destino y retrocedí 20 años. Fue una experiencia al estilo Rip Van Winkle. Algunas personas lucían exactamente iguales. A otras no las reconocería. Volver tiene pros y contras. Amigos de otra época ya no eran apropiados y viceversa. Personas no conocidas de repente son muy importantes.

Era un país turbulento, desde que Colón lo descubrió en 1492. Ha oscilado entre un gobierno autoritario y el caos absoluto durante siglos. Con recursos naturales en el sector agrícola y algunos minerales. Tiene un campesinado robusto que trabaja duro dados los estándares tropicales. Pero siempre ha tenido una élite política incestuosa. Y ese seguía siendo el problema en 1964.

Juan Bosch: 1965

Trujillo

En 1961 se produjo el asesinato del dictador que gobernó 31 años. La administración Kennedy, equivocadamente en mi opinión, decidió convertir a la República Dominicana en un ejemplo de democracia. Simplemente no existían los elementos para crear una democracia funcional de la noche a la mañana. 

El hombre enviado como embajador era un periodista sin experiencia en diplomacia. Persona buena y decente, pero, como se me dijo a mi llegada, era la primera vez que teníamos una reunión de personal. Era muy conocido en los círculos demócratas. Más tarde escribió el libro más devastador sobre los fracasos del presidente electo, Juan Bosch, derrocado en septiembre de 1963. Tras lo cual, nuestro embajador Martin fue retirado para mostrar la desaprobación (al golpe). El puesto no se cubrió durante seis meses.

Llegada

Cuando llegué a Santo Domingo en marzo de 1964 el país estaba sumido en el caos económico. El estamento militar era abrumadoramente corrupto. Y no había una estructura política viable. Cuando a un taburete de tres patas como ese le faltan las tres patas, el asiento se cae. Ese invierno del 64-65, cuando llevaba allí sólo nueve meses, cuando el azúcar bajó a menos de tres centavos libra entre Navidad y Año Nuevo, supe que venían problemas. Esa primavera las cosas fueron de mal en peor.

Para agravar los problemas políticos, económicos y militares, el país sufrió una de las peores sequías de su historia. La capital se estaba deteriorando. Estallaban disturbios en la populosa zona pobre de la ciudad. Finalmente, Bosch instigó la revolución que estalló a finales de abril de 1965 y convulsionó la ciudad. Lo que despertó nuestra gran preocupación, tras cuatro o cinco días, por la seguridad de los ciudadanos estadounidenses. Así que desembarcamos a los marines para ayudar en la evacuación y organizarla. Y logramos rescatar a unas 4,500 personas de más de 40 países diferentes. 

Es una cantidad enorme de personas para un lugar tan pequeño. Recuerdo que meses después hubo disturbios en Bangladesh y la Marina rescató a 700 personas. Esa fue noticia de primera plana en el New York Times. Pero 4,500 de un pequeño país del Caribe no recibieron igual atención. Para entonces, el lugar se había convertido en un caos. Finalmente, trajimos a las tropas aerotransportadas de Fort Bragg, Carolina del Norte, y estabilizamos la situación.

Para entonces la prensa criticaba duramente la intervención estadounidense, una vez más, en Latinoamérica. Creíamos que estábamos salvando vidas al desembarcar a los marines. Y ampliamos la operación al enviar tropas aerotransportadas para estabilizar la situación mientras se buscaba una solución diplomática. La OEA mandó una comisión bajo el liderazgo de Ellsworth Bunker, con un miembro brasileño y otro salvadoreño. Trabajaron durante meses para encontrar personas apartidistas dominicanas para formar un gobierno provisional y llevar al país a nuevas elecciones. Finalmente se logró. 

alaguer se juramenta. 1966

García Godoy

Bunker realizó su excepcional trabajo habitual. Y era enormemente respetado por todas las partes. Conseguimos al hombre adecuado en Héctor García Godoy como presidente provisional. Presenté mis credenciales por segunda vez en septiembre 1965. Durante los siguientes nueve o diez meses, dirigí las funciones normales de la Embajada. Reanudamos el programa de ayuda. Lo ampliamos considerablemente. 

En un momento, teníamos más personal en esa Embajada que en cualquier otra del hemisferio, incluyendo Brasil y México. A veces pensé que Washington enviaba demasiados, pero era un programa importante.

El país se estabilizó. Hubo elecciones libres y ordenadas (junio 66). Yo había partido justo antes. Balaguer fue elegido. El país se tranquilizó. Y sacamos las tropas antes de lo previsto. En esencia, se trataba de ayudar a un vecino que se había desviado del camino de la democracia a retomarlo. Y ha funcionado. 

El país ha tenido ahora el período de estabilidad política más largo de su historia. Antes de eso, solo habían tenido un ciclo de unos cinco años de gobierno constitucional en toda esa larga historia desde 1492. Entonces, el presidente electo fue asesinado (Cáceres). Hoy en día, hemos tenido en la República Dominicana más de 20 años de gobierno constitucional y cambios de liderazgo mediante elecciones libres. Considerando lo que ha sucedido en otras partes de Centroamérica y el Caribe, ha sido una isla de estabilidad.

Pregunta: Bien. Balaguer era originalmente trujillista, ¿no? 

Bennett: «Había sido un presidente títere bajo el gobierno de Trujillo. Pero nunca estuvo asociado con la corrupción -porque era un hombre frugal, soltero, vivía con mucha sencillez-, nunca se asoció ni con la corrupción ni con las brutalidades de la Policía y el Ejército. Fue el hombre que unió al país; todos los dominicanos lo respetaban. Durante los meses de crisis los dominicanos decían: «Balaguer es el hombre que nos entiende, lo necesitamos de vuelta». Fue elegido y cumplió dos mandatos como presidente, lo cual fue suficiente. Luego cumplió un tercer mandato. 

Ese es el problema en Latinoamérica. Una vez que están en el cargo, no saben cómo soltarlo. Ahora ha sido elegido de nuevo recientemente, después que otros dos o tres presidentes han ocupado el cargo. El pobre hombre está ciego y enfermo, y claro es demasiado anciano. Pero así son las cosas. Cumplió una función muy valiosa para la democracia y la estabilidad constitucional cuando llegó al poder en 1966.

Me fui porque le escribí unos meses antes al Secretario de Estado Dean Rusk, diciéndole: «He sido una figura controvertida. Ahora hemos arreglado las cosas, y vamos en camino a las elecciones. Estoy listo para irme cuando usted lo considere oportuno». Al parecer el Secretario agradeció la carta y después de un tiempo recibí respuesta. En la primavera de 1966 me nombraron Embajador en Portugal. 

Salí de la República Dominicana unas dos semanas antes de las elecciones para no ser un factor controversial, ya que Bosch estaba haciendo mucho ruido afirmando que el Embajador que trajo las tropas seguía aquí para controlar las elecciones. Así que creo que mi instinto acertó al irme. Fue duro durante un tiempo y hubo muchos ataques ad hominem que no fueron agradables. Pero así es el juego. Creo que para estar en la diplomacia estadounidense hay que tener la piel dura. Y hoy en día ayuda tener un chaleco antibalas. Y ciertamente hay que tener sentido del humor» .

En 1985 pasó a retiro, siendo subsecretario de Estado.

JPM

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