Opinion
¿Es justa la decision del Comite del Premio Nobel de la Paz 2025?
El Premio Nobel de la Paz 2025 ha generado un intenso debate internacional tras ser otorgado a la dirigente venezolana María Corina Machado, una figura emblemática de la oposición democrática en Venezuela. Su trayectoria, marcada por una férrea resistencia frente al régimen autoritario de Nicolás Maduro, ha sido reconocida como un símbolo de lucha por las libertades civiles y la restauración del orden democrático en su país.
El Comité Noruego del Nobel justificó su decisión destacando los méritos de Machado en la promoción de la democracia, la defensa de los derechos humanos y su compromiso con una salida pacífica al prolongado conflicto político venezolano. No obstante, la elección ha suscitado una ola de críticas, sobre todo entre los sectores que esperaban que el galardón recayera en el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a quien muchos atribuían mayores méritos en materia de paz internacional.
Las razones del Comité Nobel
Para comprender la decisión, es necesario recordar los criterios establecidos por Alfred Nobel en su testamento de 1895. Alfred Nobel fue un químico, ingeniero, inventor y empresario sueco que inventó la dinamita y creó los Premios Nobel con gran parte de su fortuna. Tras su muerte en 1896, su testamento destinó su patrimonio a la fundación de estos premios, que reconocen logros excepcionales en física, química, medicina, literatura y paz. Según el inventor sueco, el premio debía otorgarse a la persona que “haya realizado el mayor o mejor trabajo por la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos y la celebración o promoción de congresos de paz”.

En la práctica, el Comité Nobel ha interpretado estos principios de manera evolutiva, considerando también factores como la promoción de los derechos humanos, el impacto humanitario, la proyección internacional del trabajo realizado y, sobre todo, la contribución a procesos de paz sostenibles (como se lee en el comunicado oficial del Premio Nobel: ‘for her tireless work promoting democratic rights …’”).
En el caso de María Corina Machado, su lucha por el restablecimiento de la democracia en Venezuela encaja dentro del ámbito de la fraternidad entre las naciones y la defensa de las libertades fundamentales. Su acción política no se ha limitado a la denuncia de abusos, sino que ha buscado una transición pacífica en un contexto de represión y crisis humanitaria. (Human Rights Watch
señala que la lucha de Machado se da en un contexto de violaciones sistemáticas de derechos humanos y crisis humanitaria en Venezuela, lo que acentúa el valor de su resistencia civil).
¿Y los méritos de Donald Trump?
Del otro lado, los defensores de Donald Trump sostienen que su papel en diversos escenarios internacionales lo convertía en un candidato más sólido. Durante los primeros nueve meses de su segunda administración, Trump impulsó gestiones diplomáticas para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania, facilitó un acercamiento entre India y Pakistán, y promovió un acuerdo histórico de alto al fuego entre Israel y el grupo Hamás en la Franja de Gaza.

Tales acciones —de confirmarse su alcance real y sostenibilidad— representarían avances concretos en los criterios clásicos del Nobel: la reducción de conflictos armados y la búsqueda de la reconciliación internacional. Además, su liderazgo en las negociaciones de paz habría tenido un impacto global, alineándose con la característica internacional y el impacto a largo plazo que el Comité suele valorar.
Sin embargo, cabe considerar que el Comité Nobel no solo evalúa los resultados diplomáticos inmediatos, sino también la coherencia ética y el impacto integral del candidato. En este sentido, la figura de Trump sigue siendo altamente polarizadora. Su estilo confrontativo, su retórica nacionalista y su historial de decisiones controversiales en política exterior (como la aplicacion de aranceles y los controles migratorios) podrían haber pesado negativamente en la deliberación final.
¿Fue una decisión bien ponderada?
Al contrastar ambos perfiles, la decisión del Comité Nobel parece más simbólica que pragmática. Machado representa la resistencia civil, el valor moral y la lucha por los derechos humanos, mientras que Trump encarna la diplomacia transaccional y el poder geopolítico. El Comité, históricamente, ha preferido premiar a figuras cuya labor simboliza la paz desde la resistencia ética y humanitaria, más que desde la estrategia política o militar.
A la luz de los criterios de Alfred Nobel, el reconocimiento a María Corina Machado puede considerarse válido y coherente, pues su activismo busca la reconciliación nacional a través de medios pacíficos, en un contexto donde el autoritarismo ha anulado los espacios democráticos. Sin embargo, también es justo reconocer que Donald Trump, con sus intervenciones diplomáticas recientes, cumplía con varios de los méritos formales que el galardón exige, especialmente en materia de pacificación internacional. Un punto confirmado: el 10 de mayo de 2025, India y Pakistán acordaron un cese al fuego tras ataques mutuos, luego de negociaciones y presión diplomática en las que el gobierno de EE.UU. afirmó haber logrado poner fin al conflicto.
En última instancia, el Premio Nobel de la Paz 2025 refleja más un mensaje político y moral que una evaluación puramente técnica. Al premiar a María Corina Machado, el Comité Nobel ha optado por reconocer el coraje de la oposición democrática frente a los regímenes autoritarios, reafirmando su compromiso con la libertad y los derechos humanos.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, felicitó a Machado y dijo que “las herramientas de la democracia son las herramientas de la paz”.
Mientras tanto, la exclusión de Donald Trump deja abierta la discusión sobre la verdadera naturaleza del Nobel: ¿premia los resultados concretos o los ideales universales? La respuesta, como cada año, parece situarse en el punto medio entre la diplomacia y la conciencia moral de la humanidad.
El comite encontro mas peso el hecho de que Maria Corina Machado ha tenido una larga lucha por instaurar la demicracia y preservar las libertad en Venezuela bajo un regimen de opresion y exclusion que ha servido de luz a los pueblos del mundo. En cambio Donald Trump ha gestionado derimir conflictos geopoliticos y que ponen en peligro la vida de sus ciudadanos – con menor impacto en la democracia.
of-am
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