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Opinion

Apuntes sobre el canto patrio 

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EL AUTOR es periodista y sociólogo. Reside en Santo Domingo.

Como parte del valioso y honroso legado intelectual de nuestro apreciado compueblano salcedense, gestor cultural de extraordinaria experiencia, Francisco Torres Petitón, vegano por adopción, resaltan unas interesantes acotaciones sobre el surgimiento del Himno Nacional, plasmadas de manera breve y precisa en su obra Apuntes sobre La Vega desde la óptica de un historiador vegano, publicada por Ediciones Ferilibro, en el 2009.

Recuerda el dinámico promotor de la cultura, la historia, la religiosidad y el carnaval vegano, quien falleciera a consecuencia de un accidente provocado por un desaprensivo motociclista que, durante las primeras cuatro décadas de existencia de nuestra nación, sus pobladores no gozaron del privilegio de disfrutar de un canto patrio propio.

Para entonces, en los actos oficiales, destaca Torres Petitón, “…se tocaba la Marcha Real Española, el Himno Inglés, La Marsellesa u otra marcha militar de acuerdo al gusto del gobernante de turno”, aunque reconoce que “…a principios de marzo del 1844, don Félix María del Monte escribió un himno al cual el coronel Juan Bautista Alfonseca le puso música”.

Emilio Prud’Homme

Emilio Prud’Homme

Resalta el respetado activista cultural y educador,  al hacer referencia de manera concreta a los orígenes de nuestro canto patrio que, en 1883, se acercó don José Reyes al poeta Emilio Prud’Homme solicitándole que escribiera unos versos para lo cual asumió una respuesta de receptividad.

La propuesta se materializó tan rápidamente que, el 17 de agosto del referido año, en el local de la Logia Esperanza, ubicado en la calle Las Mercedes #4, en un acto lírico-cultural se realizó la primera interpretación pública del himno sugerido.

Para la ocasión, destaca Francisco Torres Petitón, que el maestro José Reyes estructuró una orquesta integrada por 11 instrumentistas, incluyéndolo a él, quien la dirigió,

Asimismo, resalta que fue en 1884, a la llegada de los restos del fundador de la nación dominicana, Juan Pablo Duarte, cuando el himno de Reyes y Prud’Homme volvió a ser interpretado durante la caminata realizada para llevar el cuerpo del patricio a la Catedral Primada de América.

Transcurrieron unos tres años para, el 27 de febrero de 1887, siendo presidente de la República Ulises Heureaux, para escucharse nueva vez la composición patria a propósito de que los miembros de la Banda Militar salieron de la Fortaleza del Ozama tocándola, mientras eran repartidas unas hojas con las letras impresas.

A hacer presencia Lilís en la Catedral, un batallón comandado por Manuel de Jesús Lovelase le rindió los honores, mientras la Banda Militar de Música interpretaba el himno de Reyes y Prud’Homm, repitiéndose igual ceremonia cuando el mandatario salió de oír el Te Deum en el mencionado templo religioso.

Como dato curioso, subraya Francisco Torres Petiton que, a partir de esa época, el referido himno podía ser escuchado dos veces al año en actos oficiales.

De igual modo resalta que, en 1894, al conmemorarse el 50 aniversario de la Independencia Nacional, la pieza musical y poética fue escuchada con cierta frecuencia.

El cronista salcedense-vegano, en aparente interés de que no sea olvidado, puntualiza que, en los años 1897, 1923 y 1934 surgieron ácidas polémicas con respecto a la letra de Prud’Homme y su calidad artística, lo que motivó a la dirección del Listín Diario a convocar un certamen para escribir una nueva composición.

Ante tal situación, el legislador Rafael García Martínez, diputado por Monte Cristi, presentó el 30 de abril de 1897 un proyecto de Ley mediante el cual solicitaba la oficialización del Himno de Reyes y Prud’Homme, debido a la popularidad que había alcanzado, además de que era tocado en los actos oficiales y privados.

La aludida propuesta fue aprobada por el Congreso Nacional el día 7 de junio de 1897 pero, lamentablemente, fue inmediatamente engavetado al llegar al poder ejecutivo.

Luego de una paciente espera, el 30 de mayo de 1934, conforme a lo establecido en la Ley 700, el Himno Nacional Dominicano fue oficializado como música del maestro José Reyes y letra del poeta Emilio Prud’Homme, por gestión del presidente Rafael Leónidas Trujillo Molina, interpretándose con gran orgullo, decoro y solemnidad en los diversos actos oficiales y actividades públicas de trascendencia en todo el territorio de República Dominicana.

Al cierre de estos apretados apuntes, quizás resulte válido reproducir la aseveración publicada por el historiador y culturólogo Francisco Torres Petitón quien, en un fragmento de su bien aquilatada obra, en donde destaca que Azua de Compostela fue el segundo pueblo del país donde se escuchó el Canto Patrio Nacional y Puerto Plata el tercero, popularizándose en el Cibao luego de la inauguración del ferrocarril de la llamada Novia del Atlántico-Santiago, efectuada el 16 de agosto de 1897.

Así la historia…

jpm-am

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