En un mundo donde la libertad de prensa suele estar en constante amenaza y mordaza, resulta esperanzador —y digno de reconocimiento— que un país como la República Dominicana encabece, en 2025, el ranking regional en este aspecto clave para cualquier democracia.
Según el más reciente estudio de Latinometrics, basado en datos de Reporteros Sin Fronteras, la nación caribeña ocupa el primer lugar en libertad de prensa entre 19 países latinoamericanos evaluados. Este logro, lejos de ser producto del azar, tiene nombre y apellido: ¡Luis Rodolfo Abinader!
El presidente dominicano no solo ha ejercido el poder con moderación y deferencia, sino que ha fomentado activamente el pluralismo, el diálogo y el acceso a la información. A lo largo de sus cinco años de gobierno, Abinader ha marcado distancia con una tradición política latinoamericana que suele ver a los medios como adversarios o instrumentos de propaganda.
En cambio, ha optado por el respeto a la libre expresión, difusión del pensamiento y la democracia, siendo respetuoso de las críticas, la transparencia institucional y el fortalecimiento del periodismo profesional.
Uno de los ejemplos más claros de esta apertura ha sido la creación y sostenimiento del espacio “La Semanal con la Prensa”, donde el mandatario expone temas clave de su agenda gubernamental y se somete, sin filtro, a las preguntas de los periodistas.
Esta práctica —inusual en la región y hasta insólita en algunos países vecinos— representa un ejercicio democrático invaluable. No se trata de un simple gesto comunicacional; es una política de gobierno que prioriza la rendición de cuentas y la consideración a la labor informativa.
Además, su apoyo al Premio a la Libertad de Prensa Periodista RD-UNESCO 2025, organizado por el Colegio Dominicano de Periodistas y respaldado por entidades como la UNESCO y el Banco de Reservas, demuestra un compromiso institucional con el periodismo libre y ético.
Este tipo de iniciativas trascienden lo simbólico, fortalecen el ecosistema informativo, promueven la responsabilidad profesional y blindan a los comunicadores frente a posibles amenazas o presiones indebidas.
El liderazgo de RD no se limita únicamente a la independencia de prensa. El informe de Latinometrics también resalta que el país ocupa el primer lugar en Situación de Gobernabilidad Social y se posiciona segundo en Puntuación General, apenas detrás de Costa Rica.
En ámbitos como la legalidad, la economía y la estabilidad institucional, el país muestra señales de madurez democrática y avance sostenido.
En un contexto regional donde abundan los liderazgos autoritarios y gobernantes dictatoriales, que no permiten el libre ejercicio periodístico, con ataques sistemáticos al periodismo y el debilitamiento de las instituciones, Luis Abinader representa una excepción positiva. Su gobierno demuestra que es posible ejercer el poder desde el respeto, con transparencia y una convicción profunda de que sin prensa libre no hay democracia posible.
La libertad de prensa no es un lujo ni un adorno institucional; es un pilar fundamental para garantizar los derechos no solo a los periodistas, sino también a los ciudadanos que vigilan el poder para construir sociedades más justas.
Que la República Dominicana sea hoy ejemplo de ello es motivo de orgullo y, sobre todo, un llamado de atención para aquellos gobiernos que aún temen al escrutinio público y a la autonomía de prensa. Porque al final, los verdaderos demócratas no les temen a las preguntas sino más bien las responden.
JPM
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