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Economicas

Rumbo hacia una reforma fiscal ineludible (OPINION)

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El autor es administrador financiero y contralor general de la República. Reside en Santo Domingo

No se ha llevado a cabo una reforma fiscal general en la nación dominicana desde la Ley 253-12, sin embargo, ha habido varios intentos y proyectos de reformas, como el presentado en 2024.

Han pasado varios gobiernos y estos han rehuido aplicar una verdadera reforma fiscal integral que incluya los ingresos y los gastos, por temor al impacto negativo que esta podría generar como  costo político, el cual lesionaba cualquier aspiración de mantener un partido político en el poder.

La última reforma fiscal aprobada y promulgada es la Ley 253-12, conocida como “El Paquetazo Fiscal de 2012”, que introdujo cambios significativos en los impuestos y tímidamente en el gasto público.

En 2024, el gobierno dominicano presentó un proyecto de ley de Modernización Fiscal que buscaba aumentar los ingresos del Estado.

La señalada iniciativa de 2024 se suma a la lista de intentos fallidos de reforma fiscal, destacando el hecho de que no se han aprobado reformas sustanciales en los años siguientes a 2012.

Como se recordará la diferencia principal entre reforma fiscal y reforma tributaria es que una reforma fiscal tiene un alcance más amplio, abarcando tanto los impuestos que van al fisco (recaudación del Estado para obras y servicios) como el gasto público y los derechos y deberes del contribuyente.

Por otro lado, una reforma tributaria se enfoca específicamente en los tributos, que son los impuestos, tasas y contribuciones y, su objetivo principal es modificar la estructura impositiva para ajustar los  ingresos del Estado.

La Reforma fiscal al ser más amplia integra el sistema de ingresos (impuestos) y los gastos públicos. Se refiere al sistema fiscal en su totalidad.

Esta reforma busca re-equilibrar el sistema fiscal en general

Puede incluir cambios en la recaudación, pero también en cómo se gestiona el gasto público y en los derechos y deberes de los contribuyentes.

Modifica leyes que rigen todos los impuestos y derechos de los contribuyentes para hacerlo más justo o transparente como lo haría una reforma a la Ley de impuestos.

Mientras la reforma tributaria es más específica, centrándose en el sistema de tributos que paga la ciudadanía y las empresas.

Persigue como objetivo, modificar la estructura de los impuestos existentes para recaudar más o menos ingresos, ajustar tasas, crear nuevos impuestos o eliminar beneficios fiscales, para que la recaudación sea más eficiente y equitativa.

Ejemplo de lo anterior es el aumento del ITBIS, impuesto Sobre la Renta (ISR) o aplicar impuestos a ciertos productos, como las bebidas azucaradas o a los plásticos, para obtener mayores ingresos.

Conforme informaciones tentativas, la reforma fiscal de la República Dominicana para 2025, se basa en cuatro ejes principales: proteger a los sectores vulnerables, mejorar la inversión pública en infraestructura, crear reglas fiscales más claras y equitativas y modernizar el sistema tributario para combatir la evasión y la elusión.

Las medidas buscan fortalecer las finanzas públicas, reducir el impacto de la informalidad y hacer el sistema fiscal más eficiente.

Entre los principales ejes de la reforma fiscal  2025 se mencionan: protección social protegiendo a los sectores más vulnerables y mejorar programas de inversión pública en áreas como la infraestructura eléctrica y de transporte.

También la inversión pública, dando prioridad a la inversión pública en infraestructura y otros programas de gasto, lo que requerirá una reforma para obtener los ingresos necesarios.

Reglas claras y equitativas, donde las reglas sean iguales para todos, persiguiendo la evasión y la elusión fiscal de manera más efectiva, modernizando el sistema tributario para ampliar la base de contribuyentes, integrando sectores informales.

Modernización del sistema tributario lo cual incluye la simplificación del sistema impositivo y la revisión de incentivos fiscales.

Este nuevo proyecto de reforma fiscal 2025 busca reducir el ITBIS, pero ampliando la base de contribuyentes para compensar la reducción.

Quedarían fuera o exentos de este impuesto los productos de primera necesidad, mientras que los bienes suntuarios serían grabados.

También esta reforma incluiría el aspecto financiero, promover la inclusión financiera, políticas ambientales, mejorando la gestión de los recursos hídricos.

También se plantea aumentar la progresividad y equidad del sistema tributario.

Más temprano que tarde la República Dominicana tendrá que aplicar una nueva reforma fiscal a los fines de montarse en el tren de las transformaciones, reformas y modernización, por lo que requiere de manera urgente la aplicación, por supuesto, consensuada de una reforma que incremente los ingresos y que ajuste los gastos para hacer de estos más efectivos y eficientes.

En la actualidad el gobierno a través del ministro de hacienda y economía lleva a cabo un tours entre los sectores económicos del país a los fines de darles a conocer las bondades de una necesaria reforma fiscal para que la economía dominicana se continúa en franco crecimiento por ello se clama ya para que se aplique sin perder tiempo una reforma fiscal integral, si se quiere que el país siga avanzando por un sendero de crecimiento sostenible siempre pensando en beneficiar a los dominicanos más necesitados o los más vulnerables.

No se trata de pareceres políticos o intereses particulares se entiende que no es más que beneficiar el interés común sino el general.

Todas las fuerzas vivas, sectores fácticos del país están conscientes de la urgencia de aplicar la tan manoseada reforma fiscal integral planteada.

El país no puede detenerse y menos ahora que se encuentra en el grado de inversión demostrando que es una economía pujante, resiliente con gran potencial de alcanzar niveles de crecimiento emergentes nunca antes visto.

Eso de proponer afectar los ingresos del Estado Dominicano de manera antojadiza, sin ningún análisis de sensibilidad, sin ningún criterio como es el caso de la indexación salarial, sin proponer las fuentes de ingresos que compensa el dejar de percibir más de RD$24,000 millones es una quimera, es improvisar, es un espejismo sin ningún asidero, solo por hacerse graciosos ante la clase trabajadora.

En realidad ha sido una propuesta infeliz la cual debe ser más sopesada con madurez y no decir lo primero que le llega al cerebro.

Lo serio y responsable es propugnar por una reforma fiscal integral ajustada a los nuevos tiempos.

No se olvide que la política fiscal debe estar acorde con la política monetaria y esta última va a la vanguardia en mantener la estabilidad económica del país, por lo que una reforma fiscal integral moderna viene a darle un apoyo irrestricto a la sostenibilidad macroeconómica de la nación dominicana.

Se debe proponer una armonización tributaria conforme a los cambios que se operan en los demás países a los fines de ser más competitivos en el plano nacional e internacional.

La economía dominicana y las finanzas dominicanas deben blindarse para librarla de los vaivenes y los impactos externos negativos y en ese sentido el gobierno dominicano a través del Banco Central y el Ministerio de Hacienda y Economía ha sido muy prudente, resiliente, eficiente y muy efectivo en gestionar el Estado Dominicano.

Tanto es así que el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetaria Internacional elogiaron los esfuerzos continuos que lleva a cabo República Dominicana para fortalecer las políticas y las instituciones y por promover las reformas pro empresarial que han propiciado un desempeño macroeconómico sólido.

Valoraron positivamente que se prevea un repunte de la actividad económica y que la inflación siga bien anclada.

Expresaron también que aunque hay muchos riesgos a la baja, el país está en condiciones para absorber dichos choques gracias a la solidez de los fundamentos económicos y el margen de maniobra para la aplicación de las políticas.

Entre las sugerencias que hicieron a las autoridades se encuentran mantener políticas fiscales prudentes y seguir apoyando el incremento de la inversión pública de conformidad con el marco fiscal y la Ley de Responsabilidad Fiscal.

Apoyaron la movilización de ingresos públicos y la mejora de la eficiencia del gasto público con medidas de eliminación de subsidios generalizados salvaguardando el gasto social.

Señalaron que una estrategia de ingresos de mediano plazo comunicada, consensuada adecuadamente podría ayudar a sentar las bases para una reforma fiscal más amplia.

Propugnan por un pacto eléctrico para reducir los riesgos fiscales y garantizar la resiliencia del sector.

De manera que ya no es un invento sin base  o un deseo particular de un gobierno que se desempeña con eficiencia o que simplemente que busca captar más dinero de los contribuyentes por el simple hecho de captar sino una necesidad nacional de aplicar una nueva reforma fiscal integral la cual es ya ineludible.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

jpm-am

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