En este encuentro, los 33 países de la CELAC y los 27 de la UE buscarán impulsar una nueva agenda de «triple transición»: energética, digital y ambiental, con el telón de fondo de las tensiones entre algunos mandatarios latinoamericanos y Estados Unidos por su despliegue naval en el Caribe y el hundimiento de lanchas supuestamente cargadas con drogas en los que han muerto más de 70 personas.
Con ese trasfondo, y la ausencia de la mayoría de líderes latinoamericanos y europeos, la IV Cumbre CELAC-UE intentará dar otro rostro a la integración entre los dos bloques, que suman más de mil millones de habitantes y un comercio birregional de unos 390.000 millones de euros (unos 451.180 millones de dólares) anuales.
«Nos unen la historia, la lengua y los sueños de justicia social; nos guía la certeza de que juntos somos más fuertes para construir un futuro de paz, equidad y dignidad compartida en tiempos inciertos», manifestó la canciller colombiana, Rosa Villavicencio, al recibir al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.

Momento de «construir puentes»
Sánchez no hizo declaraciones al llegar el viernes por la noche a Santa Marta, pero en Belém (Brasil), donde asistió a la COP30, destacó que ese es el momento de «construir puentes, reforzar nuestra agenda bilateral con un continente que nos es muy próximo desde el punto de vista cultural e histórico, y también económico y comercial».
De la misma forma, confió en que en breve se pueda culminar el acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur para forjar el que dijo que será el área de libre comercio más importante del mundo.
«Frente a otros países y otras administraciones que se retraen en sí mismas (en alusión a Estados Unidos), lo que tiene que hacer Europa es lo que viene recetando España, abrirnos, construir puentes con otras sociedades y otros bloques regionales», añadió.