Politica
Presupuesto 2026: más nómina y deuda, menos inversión (OPINION)
El proyecto de Presupuesto General de la Nación para el año 2026, sometido por el gobierno de Luis Abinader al Congreso Nacional, deja al descubierto una verdad incómoda: alrededor del 65% del gasto total del gobierno se irá en pago de nóminas, subsidios e intereses de la deuda pública.
Es decir, la mayor parte del dinero que el Estado dominicano recaudará y tomará prestado el próximo año no servirá para generar desarrollo, sino para sostener el aparato burocrático, los compromisos políticos y las deudas acumuladas.
De acuerdo con el referido proyecto depositado en el Congreso Nacional el pasado 27 de septiembre, el mayor gasto del gobierno dominicano en el 2026 correspondería a las remuneraciones a empleados públicos, que representarían el 23.2 % del total, equivalente a $376,964 millones de pesos.
En segundo lugar, se ubican otras transferencias y subsidios, con 21.8%, seguidas del pago de intereses de la deuda pública, que alcanzaría el 20% del gasto público proyectado.
En ese contexto, ¿cómo hablar de progreso, eficiencia o transformación del Estado? El presupuesto 2026 revela que este gobierno sigue atrapado en la misma lógica del gasto improductivo: una nómina pública que crece sin control, subsidios que muchas veces benefician a grupos específicos más que a los más necesitados, y un servicio de deuda que ahoga las posibilidades de inversión pública real.
Mientras tanto, el pueblo sigue esperando soluciones a los problemas que más le afectan: el alto costo de la vida, la inseguridad, el deterioro de los servicios públicos y la falta de oportunidades para los jóvenes. Pero esos temas no parecen ser prioridad en un presupuesto donde el gasto corriente se impone sobre la inversión pública.
Lo más preocupante es que este patrón de gasto no es casualidad. Es el reflejo de una gestión que ha preferido usar el Estado como plataforma política y clientelismo antes que como instrumento de desarrollo.
Se habla de eficiencia, pero la nómina pública continúa engordando. Se habla de transparencia, pero los subsidios siguen sin una rendición de cuentas clara. Se habla de estabilidad, pero la deuda pública crece año tras año a un ritmo alarmante.
Desmentido
Este gobierno insiste en vender la idea de un Estado moderno y eficiente, pero los números lo desmienten. Un país no avanza cuando un 65% de su presupuesto se va en sostener el gasto corriente. Avanza cuando invierte en su gente, en su infraestructura, en su educación y en su futuro.
La verdad es que el presupuesto 2026 muestra a un gobierno que gasta más en mantenerse que en servir, más en preservar su estructura política que en construir oportunidades. Y esa es la mayor evidencia de un modelo agotado, que ya no responde a las necesidades del pueblo dominicano.
El país necesita una nueva visión del gasto público: una que ponga al ciudadano en el centro y no al partido en el poder. De lo contrario, seguiremos atrapados en el mismo círculo vicioso de nómina, subsidios y deuda, mientras el desarrollo real se queda fuera de la agenda nacional.
jpm-am
Compártelo en tus redes:
